Patitos en Fila

Patitos en Fila

viernes, 31 de diciembre de 2010

Lo que queda y lo que viene

Especialmente emocionada me cuesta pensar en todo lo que paso por este 2010. Y no me dan ganas de contar las cosas malas y negativas, porque fueron muchas y sumamente dolorosas. No hay necesidad de recordarlas. Prefiero pasar estas pocas horas que le quedan al año pensando que también tuve momentos mágicos, que tome decisiones que me han sorprendido y estoy orgullosa de haber tenido el valor. Quiero seguir pensando en todo lo que hice para cuidar mi cuerpo, mi alma y mi corazón. Recordar que mi familia se encuentra unida y sana, que Patito sigue siendo mi firmamento y mi compañero de vida, quien soporta mis peores caprichos y me brinda los más hermosos abrazos. Enumerar la cantidad de proyectos que pude concretar y los que están en camino de hacerlo. Pensar en mis amigos incondicionales, con los que pude reir hasta el cansancio y llorar las penas. Agradecer por haber conocido nuevas y grandes personas que hoy forman parte de mi vida y eso me trae alegría. Tener presente a quienes ya no están, pero que los extraño inevitablemente. Y con todo esto en la cabeza, brindar contenta y desear un año aún mejor.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

El olvido

Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Escribir, por ejemplo: " La noche está estrellada,
y tiritan, azules, los astros, a lo lejos".
El viento de la noche gira en el cielo y canta.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Yo la quise, y a veces ella también me quiso.
En las noches como ésta la tuve entre mis brazos.
La besé tantas veces bajo el cielo infinito.
Ella me quiso, a veces yo también la quería.
Cómo no haber amado sus grandes ojos fijos.
Puedo escribir los versos más tristes esta noche.
Pensar que no la tengo. Sentir que la he perdido.
Oír la noche inmensa, más inmensa sin ella.
Y el verso cae al alma como pasto el rocío.
Qué importa que mi amor no pudiera guardarla.
La noche está estrellada y ella no está conmigo.
Eso es todo. A lo lejos alguien canta. A lo lejos.
Mi alma no se contenta con haberla perdido.
Como para acercarla mi mirada la busca.
Mi corazón la busca, y ella no está conmigo.
La misma noche que hace blanquear los mismos árboles.
Nosotros, los de entonces, ya no somos los mismos.
Ya no la quiero, es cierto, pero cuánto la quise.
Mi voz buscaba el viento para tocar su oído.
De otro. Será de otro. Como antes de mis besos.
Su voz, su cuerpo claro. Sus ojos infinitos.
Ya no la quiero, es cierto, pero tal vez la quiero.
Es tan corto el amor, y es tan largo el olvido.
Porque en noches como ésta la tuve entre mis brazos,
mi alma no se contenta con haberla perdido.
Aunque éste sea el último dolor que ella me causa,
y éstos sean los últimos versos que yo le escribo.


Pablo Neruda
Veinte poemas de amor y una canción desesperada
Poema 20

martes, 28 de diciembre de 2010

Fiestas familiares


Las fiestas navideñas o de fin de año podrían ser comparadas con las situaciones límites. Sostengo mi hipótesis en el hecho de que, del mismo modo en que frente a situaciones límites nos mostramos tal cual somos, porque no tenemos tiempo de disfrazar nada, las fiestas tiñen de un tinte de sentimentalismo y euforia todo el ambiente que misteriosamente afecta a todos los protagonistas que concurrieron a la fiesta y podemos descubrir la verdadera personalidad de cada uno de nuestros familiares. Y encontramos de todo. Desde la abuela que te llena de besos babosos y te trata siempre como una nena, pasando por la tía que te chusmea todo lo que paso en el último mes en el barrio, el asador condenado a sufrir el calor de las brasas, la prima densa que te cuenta sus “logros” del año, el primo repugnante que te mira las piernas, la prima que se esconde a fumar porque nadie lo sabe todavía (o mejor dicho, ella piensa que no sabemos, cuando vuelve con un olor imposible de disimular), una madre alegre de tener a todos sus hijos dando vueltas por la casa, un padre exaltadísimo para evitar recordar sufridas perdidas, el primo que pretende que nos riamos de las mil y una gansadas que tira por minuto, el tío sueltito para el alcohol que siempre derrapa (y la tía que lo persigue para que suelte la copa y se ofende), la tía responsable que nos atiende y se la pasa levantando las sobras y sirviéndonos comida, el tío que pretende ser el centro de la fiesta diciendo ironías y sarcasmos que generalmente dejan a mas de uno ofendido con su humor pesado, el tío amargo que no quiere que le toquemos nada de la casa y se la pasa retando a medio mundo, la prima que le saca una foto a todo lo que se le cruza, el primo violento que no controla sus impulsos y sacude a medio mundo, el primo que tira una noticia “bomba” que deja a todos helados (y seguro que alguno de la familia no debía enterarse), un hermano que no presta atención a nada, otro hermano que se acopla con los primos risueños, una hermana que se une al grupo de las mujeres para hablar de cosas banales de mujeres, el primo tranquilito que mira todo desde un rincón y liga una que otra broma, los novios/esposos/parejas de los protagonistas que corren la misma suerte de su par, el “discutidor oficial”, como lo llama mi padre, que todo lo que escucha lo refuta con o sin fundamentos, los 2 o 3 protagonistas que no se quieren y que solo se soportan en esas fiestas para no caldear el ambiente, los primos que hacen la suya y juegan al futbol o juegan con la pirotecnia sin molestar a nadie, y por último, el resto de los familiares que sin pena ni gloria, simplemente se adhieren a un frente, el que más le conviene esa noche.
Siempre me llamo poderosamente la atención esta situación. Que todos se liberen de ese modo, que la noche fluya con peleas, con abrazos, con emociones, con risas y carcajadas, con miradas de complicidad, con bromas, con besos, pero que a pesar de todo, sepamos que podemos contar con cualquiera de esos sujetos, porque ellos son “la familia” y es lo que nunca nos puede faltar.

Así es IV

Hacer o no hacer. No hay intentar.

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Heridas

"Si tienes que hacerle una herida a un hombre, debe ser tan severa, que no haya que temer a su venganza"
Nicolás Maquiavelo

martes, 21 de diciembre de 2010

Cruzadas de vida


No es lo quiero, pero voy a tomar el camino largo. Tal vez sea porque me gusta aprender de todo. O porque no quiero caminar por ahí enojada. O tal vez es porque al final logré entenderlo. Hay cosas que no queremos que pasen, pero debemos aceptarlas. Cosas que no queremos saber, pero que debemos aprender. Y personas sin las que no podemos vivir, pero que debemos dejar ir. Empeñarse en objetivos que terminan siendo ilusos y devaluados es una de las actitudes que destroza el espíritu de gloria. Porque a diferencia de los senderos que causan placer recorrer por más empinados y duros que sean, los caminos repletos de necesidades empecinadas en cambiar destinos, agotan la actitud, desgastan, humillan, desgarran el alma.
Hoy prefiero entender y no combatir. Esos caminos llenos de batallas obsoletas prefiero evitarlos. Sin embargo, no puedo dejar de reconocer las experiencias y enseñanzas que me han dejado, único tesoro de las cruzadas en las que me enfilaba.
Hoy puedo decidir con convicción. Con fortaleza. Con sabiduría. Por que hoy tengo claro lo que quiero y quienes quiero que sean los soldados de mi ejército de vida.

Máscaras


"Todos llevamos máscaras, y llega un momento en que no podemos quitarlas sin quitarnos nuestra piel"
Andre Berthiaume

viernes, 17 de diciembre de 2010

Orgullo pagano


Yo no sé si por las venas corres sangre o jugo de tomate frío, yo no sé si el tiempo de viaje a Tandil se acorta o se alarga. Yo no sé si todas esas parejas de más de 40 se habrán enamorado en una misa, ni se qué será de la vida musical de esos infantes en los hombros de sus padres ricoteros. Tampoco sé nada del pronóstico, pero la luna cubierta de agua y las estrellas invisibles de pronto salieron a brillar. No sé si Dios canta o usa lentes, pero por un momento más de 90 mil almas escucharon su voz decir: “¡Cuántos que vinieron!”. Estaban flotando en el aire los recuerdos de una juventud pasada que revive en el corazón de cada ricotero en una noche como ésta y todos ahí volvemos a sentir el cuerpo y lo llenamos de magia, de ganas de volar. Y vuelan las bengalas que iluminan la noche, que pintan la pasión de colores y hacen visible lo invisible, hacen posible palpar y oler la pasión, el encanto, la devoción, la fidelidad. Yo no sé si alguna vez los caballos hicieron temblar tanto ese hipódromo, yo no sé si más de uno sintió romperse el corazón, yo no sé muchas cosas, sólo sé que yo estuve ahí, que él estuvo ahí, que ellos también estuvieron ahí, en el pogo mas grande del universo…

jueves, 16 de diciembre de 2010

Tragedia

"Una tragedia no tiene por que tener sangre y muerte. Es suficiente con que llene todo de inmensa desolación, ya que ese es el placer de la tragedia."

Jean Racine

Así es II

Aunque estoy atada a tus diabluras, sabes que estoy siempre a favor del adiós.

martes, 14 de diciembre de 2010

The one

Enfilaba para ser el indicado. Sofisticado. Amable. Buenos modales. Humilde. Sonrisa divina. Intelectual. Proyectos de todo tipo que formaban parte de tu rutina. Encantador. Siempre de buen humor. Y la frutilla del postre, un porte envidiable y facciones sumamente delicadas. Un conjunto de factores que provocaba miedo. Porque nada puede ser tan perfecto, porque no podía brillar tanto dentro del barro de mediocridad a la que los hombres la tenian acostumbrada. Después de todo, ella le encontró el punto. Él había mostrado la hilacha. Era el mismo envase desprovisto de sentimientos que se había cansado de repudiar y del cual se jactabas diferenciarse. Egoísta. Manipulador. Hechicero. No soporta que alguien lo proteja, sea su sostén, la espalda en la que pueda apoyarse. Se cree auto-suficiente, impune al sufrimiento. Se esconde detrás de un velo de humildad que existe solo cuando tiene que encantar a alguien. Ella sintió pena. Porque nadie garantiza el éxito, pero si la incondicionalidad, la lealtad, el compañerismo, el firmamento y el limbo juntos interactuando, y el amor, el más profundo amor. Inmediatamente supo que él viviría buscando de que reír, o mejor dicho, promoviendo su sonrisa divina pero vacía. Lo verá pasar y volverá a  compadecerla de su hipocresía.
No supo valorarlo. No supo notarlo.
Lamentable.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Penas

Alguna vez me dijeron, que las penas se ahogan mejor en el hombro de alguien querido. Un hermano, una amiga, un amor. Romper en llanto, perder el aire en el intento de buscar explicaciones y motivos. Abrazando con fuerza bruta y desmedida, como queriendo evitar que también se pierda ese único apoyo. Gimiendo hasta el cansancio, hasta el dolor. El cuerpo de agota, se deshidrata en lágrimas, y la mente se olvida hasta del motivo inicial por el cual sufría. Alguna vez, encontré de ese modo el consuelo. Pero irónicamente, siempre fue sola o con algún desconocido que pude soltar la angustia y desatar la tormenta de malestar. Puedo tener infinitas charlas con ellas, las que siempre me acompañan, mis hermanas del alma, pero algo queda en el tintero. Demasiado orgullo. Poca tolerancia a la derrota. Mucho menos al fracaso. Cuando lo acepto, mastico el dolor, una y otra vez. Cuando lo trago, lo despido y nunca vuelve a lastimar.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Decisión

Reiteradas veces escuche que me recomendaran escribir todas mis ocurrencias. Por el carácter de insanas, por el contenido positivista, por su originalidad, por lo utópicas que podían llegar a resultar. Muchas de ellas ridículas, otras un tanto ingeniosas y graciosas. Pero todas logran el mismo efecto en los sorprendidos destinatarios que se disponen a escucharme. De algún modo, todas esas ideas, planes y ocurrencias los termina ayudando a tomar decisiones que ellos solos no se animan a encarar. No siempre eligiendo la opción que recomiendo, pero toman una decisión al fin y enfrentan el miedo. Dejan de relegar para empezar a afrontar. Y aunque muchas de esas ocurrencias a veces resulten un simple divague, soy feliz sabiendo que aportan algo a sus vidas.

Quiero recordar esos momentos, y quiero compartir esas ideas. Quizá, alguien más pueda sacar algo productivo de ellas, decidir y seguir adelante.
Una de las personas más importantes en mi vida, logró que toda esa locura suelta fuera encausada, y hoy los patitos se van enfilando, derechito derechito. Ese proceso es el hoy comparto y en el que arrastro a quienes lo deseen.

Tomen de aquí lo que quieran, y por supuesto...Bienvenidos.